Si llevas años, décadas, usando calzado convencional, llevas años con tus pies escayolados.
Y al igual que pasa cuando tenemos alguna extremidad escayolada por mucho tiempo, tus músculos, articulaciones, huesos y tendones, están rígidos. Débiles.

Necesitan rehabilitación.
Toca movilizar y estirar el pie para recuperar la movilidad básica.
Empezamos por la separación de los dedos, que quizá sea la dolencia más visible de haber llevado un calzado con la puntera estrecha.
Se puede realizar manualmente o usar separadores de dedos pasivamente, que es lo más recomendado. Empezar usándolos poco a poco. Diez minutos al día, e ir subiendo la frecuencia hasta que podamos dormir con ellos.

Después toca fortalecer los dedos, que se encuentran atrofiados al no haber tenido el espacio necesario para moverse.
Se puede empezar realizando los ejercicios sentada o sentado, y cuando los dedos se vayan fortaleciendo, realizar los ejercicios de pie.

Luego realizaríamos el mismo ejercicio manteniendo los dedos hacia atrás, en dirección a la planta del pie. Debemos realizar los ejercicios progresivamente, ya que queremos evitar lesiones.
Ahora, unos ejercicios de coordinación de los dedos.
Abrir los dedos, separándolos todo lo posible, concentrándonos en que se abran cada uno de ellos. Y luego, realizar un movimiento de manera independiente; el gordito hacia arriba, el resto planos al suelo, y luego a la inversa, el gordito plano al suelo y el resto levantado.
Lo siguiente será estimular el resto del pie para activar todo su sistema nervioso y musculatura. Podemos realizar este ejercicio simplemente con una pelota bajo la planta, aplicando diferentes presiones a lo largo de esta y por el puente.
De esta forma activaremos toda la fascia plantar, que es una banda de tejido muy gruesa que cubre los huesos en la base del pie, y se extiende desde el talón hasta los huesos de la bola del pie y actúa como una banda de caucho, una suela natural, para crear la tensión que mantiene el arco del pie
Podemos empezar a fortalecer la musculatura del pie, realizando inclinaciones hacia adelante manteniendo la planta plana al suelo, a lo Michael. Eso sí, poneros delante de una pared con los brazos apoyados. No acabéis con la nariz rota.

Y, sobre todo, intentar caminar descalzos, y si es por superficies irregulares, para que vayamos activando la sensibilidad de la musculatura.

Con estos pequeños consejos, podremos ir dejando a un lado y limitando el uso de calzado convencional, y pasando a usar más a diario calzado barefoot o minimalista.
Busca tu modelo, y disfruta de unos pies libres.